martes, 6 de octubre de 2009

Una sesión personal (y peculiar) de coaching con caballos


Estimados amigos,

Eduardo y yo, os queremos hacer partícipes de una curiosa historia de la que fuimos protagonistas hace unos días. Un joven, al que llamaremos Carlos, nos planteó su peculiar caso. Resumidamente, la cuestión que nos planteaba era que, a pesar de tener buena presencia física y cierta soltura a la hora de entablar relaciones sociales, no entendía por qué provocaba cierto rechazo entre las jóvenes cuando intentaba iniciar una relación más próxima.

En nuestro primer encuentro, compartió abiertamente con nosotros, durante algo más de una hora su situación actual, sus miedos, inquietudes, fortalezas, deseos, expectativas y objetivos.

En el segundo encuentro, mantuvimos una sesión con los caballos. Queríamos que Carlos se retratase y se viese a sí mismo para que, a partir de ahí, poder trabajar con él sus áreas de mejora y desarrollar las competencias necesarias para generar confianza y comunicarse con eficacia con otras personas, en particular, cuando intentase establecer un contacto más íntimo y cercano con las personas.

Para la ocasión, Carlos eligió a Negrilla, una joven yegua de capa castaño morcillo.
Eduardo la soltó en el cercado y le dijo a Carlos: “Acércate y coge a la yegua”. Con aire decidido, confiado y sin ningún tipo de temor, Carlos se dirigió hacia la yegua. Para su sorpresa, ésta salió corriendo. Carlos insistió, pero de la misma manera Negrilla insistió en su huída.
“Cuándo te diriges a una desconocida, ¿actúas de la misma manera?” - preguntamos a Carlos –
“Sí” – contesto Carlos sin dudar – “Creo que demuestro seguridad, y la seguridad es valorada por las mujeres” – matizó, mientras seguía en su empeño de alcanzar a Negrilla - .
“Has pensado que quizás infundes temor más que seguridad” – no tardó en replicar Eduardo - .
En ese mismo instante, Carlos se detuvo y con aire pensativo se dirigió hacía nosotros, quizás esperando una aclaración a la rotunda afirmación de Eduardo.
Estuvimos un rato profundizando sobre lo que había pasado con el fallido intento de Carlos para acercarse a la yegua. Para facilitarle la lectura le pusimos el video de su actuación. Rápidamente observó que su actitud corporal, sus movimientos y su intencionalidad, mostraban una actitud con una cierta dosis de agresividad. Lo que Carlos interpretaba como seguridad, para Negrilla representaba una amenaza.
Tras esta reflexión y cambiando algunos modelos en su comunicación no verbal, Carlos pudo ganarse la confianza de la yegua.
La cosa, no quedó ahí, por supuesto, estuvimos trabajando con Carlos y Negrilla otros aspectos que debían ser mejorados si quería alcanzar su objetivo: tener una comunicación más efectiva, sincera y confiable que le llevasen a un entendimiento más íntimo con las mujeres.
Le hablamos de la empatía, de la importancia de la escucha activa, de la paciencia, de las expectativas, de coherencia, de inteligencia emocional.

La protagonista de esta historia - Negrilla - a la izquierda.

Concluida la sesión con los caballos, instamos a Carlos para otro encuentro, después de haber diseñado un plan de mejoras y unos ejercicios que debía poner en práctica para ensayar las nuevas competencias que iba a incorporar en su comportamiento y actitud.

Transcurridas unas semanas, nos reunimos con Carlos de nuevo. Nos contó, entusiasmado, que no sólo había puesto en práctica los ejercicios en las ocasiones en las que deseaba conocer nuevas amistades, sino también en su grupo de amigos, en el trabajo y con los familiares. Descubrió, entre otros, el efecto positivo que provocaba la escucha activa y nos confesó que, aunque no había encontrado a su media naranja, le había servido para establecer relaciones basadas en la amistad y la confianza.

Nos pidió otra sesión de coaching con caballos para reafirmarse en las mejoras que había experimentado. Elegimos tres caballos al azar y, claro está, en esta ocasión, no sólo consiguió acercarse a ellos, sino que logró con ellos la empatía necesaria para llevar a buen término las pruebas que le sugerimos.

Sesiones como ésta son las que nos motivan y animan.

Un abrazo a todos,

Eduardo y Juan

2 comentarios:

  1. Me parece tan complicado diferenciar entre ser decidido y seguro, y ser agresivo...puedes dar una visión completamente opuesta.

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  2. Creo que la diferencia entre ser decidido (seguro) y ser agresivo está en tu lenguaje corporal. Es igual que la diferencia entre ser "asertivo" y ser "agresivo". Tú puedes defender tus derechos pero respetando los derechos del otro (asertivo) o bien actuar con vehemencia defendiendo tus derechos pero sin importarte el derecho del otro a no ser ofendido. Es un ejemplo. La base está en la comunicación no verbal: puedes ser seguro y además sonreir (no está reñido). Saludos, Marta

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